Luego de mediados de los años 60, Primitivo Santos fue designado agregado cultural de República Dominicana ante la Casa Blanca, en Washington, y con el tiempo terminó residiendo más de 50 años entre Nueva York y Miami, donde murió ayer.
“Primitivo es considerado el más grande impulsor del merengue, uno de los primeros en llevar nuestro timo a Estados Unidos junto a una orquesta”, afirmó ayer el experto musicólogo Chino Méndez.
Luego agregó: “Navegó en otros géneros como la salsa y la charanga y estuvo rodeado de los mejores exponentes de la salsa como Tito Puentes, Celia Cruz, al igual que algunas colaboraciones con Santiago Cerón”.
Según Chino Méndez, fue el primer dominicano que formó una big band en Nueva York. Allí tocaba mambo, guaracha, salsa, rumba y se enfrentó musicalmente a los grandes de esa época como Machito, Tito Puente, Willie Rosario y otros”.
En sus mejores momentos en Nueva York realizó resentaciones multitudinarias en el Madison Square Garden y en el Radio City Music Hall. Fue el primer dominicano en llegar a estos prestigiosos escenarios junto a los fenecidos Joseíto Mateo y Alberto Beltrán.
“Yo estuve rodeado de los mejores exponentes de la salsa y el merengue. Bromeaba mucho con Tito Puente, también con Celia Cruz. Todos ellos iban a casa y mi querida esposa Gina les preparaba ricas viandas. El problema es que al final todos querían volver no por mí sino por la sazón de doña Gina, quien tiene fama de buena chef y es la culpable de mi abultado estómago”, recordaba Papa Primi.
El compositor de “Los ojos de la Española” decía que los primeros años en Nueva York fueron difíciles porque tuvo que imponer un ritmo y una música que no se conocía porque en esa época “el merengue era totalmente desconocido”.
En un momento llegó a sentir preocupación porque no quería que se juzgara su nombre ni su estadía en el extranjero, sino que se valorara el trabajo.
Con Gina procreó a Arturo, quien heredó la vena musical al aprender instrumentos de percusión.